LOS MENSAJES DEL MAESTRO JESÚS
“Querid@ lector/a:
Últimamente te he estado
narrando algunos detalles de mi niñez que hasta la fecha no habían sido
revelados:
El motivo de que no
hubieran salido a la luz anteriormente es porque como notarás son situaciones
que muy fácilmente pudieron y aún pueden malinterpretarse.
En algunos de esos mensajes hago la aclaración de que mi Madre, José, mi padre adoptivo y mi propia persona gozamos de algunas “ventajas” que eran sólo aparentes pues en realidad fueron las condiciones que necesitábamos en su momento para recibir la preparación adecuada y poder llevar a cabo la delicada misión a la que estábamos destinados cada uno de nosotros.
Habrá que tomar en
cuenta el hecho de que incluso los tres nos fuimos preparando para este momento
desde vidas anteriores. Y yo sé que quien lea estas líneas muy probablemente se
sentirá incómodo por la mención que hago acerca del fenómeno de la Reencarnación, pero es muy
importante que todas las personas se enteren de que la recurrencia de la vida humana en la tierra es real.
En la Biblia, en el
evangelio de Mateo, capítulo primero versículo 19 al 28* se mencionan las
preguntas que los levitas hicieron a mi primo Juan, el Bautista.
Entre otras cosas uno de los hombres cuestiona: ¿eres tú Elías? Y Yo a mi vez pregunto: ¿cómo podría tan sólo pasar por su mente la posibilidad de preguntar si Juan era un profeta que había muerto hacía ya tanto tiempo ?
La única manera de que
esto pasara es por el hecho de que en la antigua Judea sí se contemplaba con
seriedad la idea de la reencarnación pero tú querido lector habrás de
investigar las costumbres antiguas de mis hermanos judíos.”
*Anotación: He aquí dos citas textuales de la Biblia en donde se menciona o se sugiere la existencia de la reencarnación como parte de la ideología israelita. Si los textos no corresponden fielmente a los de la Biblia Cristiana es porque habrá de tomarse en cuenta que los evangelios originales han sido objeto de numerosas correcciones y traducciones en las cuales se ha perdido o cambiado su sentido original:
Mateo
1:19 a 1:28
1:19
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes
y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres
tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió:
No.
1:22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos
enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
1:23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino
del Señor, como dijo el profeta Isaías.
1:24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
1:25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el
Cristo, ni Elías, ni el profeta?
1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros
está uno a quien vosotros no conocéis.
1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no
soy digno de desatar la correa del calzado.
1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan
estaba bautizando.
Juan 9:1
9:1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
9:2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Es la ceguera de
nacimiento un castigo por los pecados de los padres o por las faltas cometidas
por el mismo enfermo en existencias anteriores?
9:3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni
sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
9:4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día
dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
9:5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
9:6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el
lodo los ojos del ciego,
9:7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido
es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
9:8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego,
decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
9:9 Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.
9:10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
9:11 Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó
los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la
vista.
9:12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé.
“Y si lees estos pasajes que sugieren no sólo la
opción de que ellos daban credibilidad a la idea de la reencarnación también
has de notar que una constante en muchos de los pasajes del Nuevo Testamento, es la del cuestionamiento continuo del que no sólo yo fuí objeto
sino también Juan el Bautista.
Mi muerte es el último acto de inconformidad y desaprobación de
los judíos acerca de lo que hablé y pude probar con hechos. En ese tiempo,
mis hermanitos, cuestionaron mis palabras y mis
acciones hasta el punto de atentar contra mi vida, pero en realidad eso también
era parte de mi misión, así que nunca en realidad, nada de lo que sucedió, estuvo
fuera del Plan de Dios.
Comprenderás ahora, porqué hubo mucho de mi vida íntima que no podía ser
dado a conocer públicamente sino hasta ahora, pues como sabes estamos viviendo
el tiempo de la “Revelación” o “Apocalipsis”, en el que mis hermanitos deben conocer la verdad acerca de todas las cosas.
La forma en que te voy a hacer llegar estos mensajes no tendrá un orden
cronológico ya que tú a veces me preguntas sobre un tema y al día siguiente
puedes estar interesada en otro, pero confío en que el lector interesado habrá
de leerlos tomando en cuenta esta advertencia.
Con todo mi Amor: Tu Jesús."
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