18) Haciendo las cosas ligeras



Perro sumergido en el agua.

         "...En ese momento me percaté de que estaba siendo un poco duro en la forma de hablarle a mi primo y mejor intenté explicar con amor algo que yo mismo sentía estar aconsejándome:

       -Aún así mi querido Juan tú nunca debes juzgar o pensar mal de nadie.    Nuestros padres y todas las personas que cuidan de otros niños y de sus animales  sólo actúan de acuerdo a lo que piensan que es mejor para todos y tú mismo has sido testigo de que también pasan por situaciones muy difíciles en las que no están muy seguros de si lo que deciden es lo correcto. Es por eso que es muy importante que tú y yo aprendamos a observar. Observar las lluvias, y cómo nuestra tierra, así como la ves en ciertas zonas tan seca la mayor parte del año, se regocija en recibir esos enormes torrentes de agua que forman de repente los ríos que harán brotar nueva vida.

Observar las semillas cómo crecen y cómo de forma tan misteriosa al guardar dentro de sus diminutas “corazas” y después “romperse” dan lugar a esas bellas raíces y tallos que se convierten en nuestro alimento diario.

Observar cómo las cansadas y maltratadas manos de nuestros padres y madres hacen posible que podamos mantener nuestros cuerpos limpios y bien alimentados, así como nuestros corazones llenos de amor para seguir observando cómo Dios se manifiesta en todas estas pequeñas y maravillosas obras.

Observa cómo todas ellas se relacionan y cómo cada una ayuda a la otra ¡Todo tiene qué ver con todo!-

 -Si Jesús todo esto que dices pero, ¿qué tiene que ver por ejemplo ese perro lanudo que nos mira detrás de esas rocas desde hace rato con lo que me estás diciendo? ¿Dices que observe todo a mi alrededor verdad? Pues tú no lo has visto pero ¡creo que quiere comernos!-

 Yo comencé a reír y al mirar hacia donde Juan apuntaba, en efecto pude ver a un perro hambriento que parecía estar queriendo llamar nuestra atención.

-¿Sabes lo que Dios nos dice a través de ese perro lanudo?- pregunté a Juan con una sonrisa en la boca…

-¿qué?- Dijo mi amigo

Que es hora de despertar e ir a desayunar! Jajaja…-

                                      Con Amor profundo: tu Iesh."


Comentarios

Entradas populares de este blog

El APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo UNO: Versículos del 4 al 8. (El Aviso)

EL APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo UNO: Versículos del 9 al 15

LOS MENSAJES DEL MAESTRO JESÚS