EL APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo DOS: Versículos 1 al 7

 

 

CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS

1) Iglesia de Éfeso

2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 

2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 
2:3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 
2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 
2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 
2:6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 
2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. 

Explicación:

2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 

El Maestro Jesús le da la instrucción a Juan de escribir a las personas que en ese tiempo se reunían en la congregación de Efeso (por llamarle así pues ya comentábamos en los versículos anteriores que las Iglesias no existían como tal en esos tiempos)

2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 

El Maestro reconoce el esfuerzo de los miembros de este grupo por no caer en en los engaños de aquellos que se dicen apóstoles sin serlo.

 2:3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.

También el Maestro reconoce la persistencia con la que este grupo de devotos se ha esforzado por mantenerse dentro de los lineamientos de las enseñanzas de Jesús.

2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 

Comenta el Maestro:

“En esta primera carta Yo, el Cristo menciono que esta Iglesia ha olvidado a su primer amor porque a pesar de seguir muchos de los principios de Mis enseñanzas, esta Iglesia olvida a la persona de Jesús ya que olvida la raíz de las leyes que es el Maestro en sí, sus maneras, su forma de enseñar y por encima de todo el énfasis que ponía en sus palabras cuando decía: Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a otros como Yo os he amado... (Juan 13:34) Por eso es que el Primer Amor es el que debería observar esta Iglesia y no lo hace.

Yo deseo que esta Iglesia no sólo ponga en práctica este mandamiento sino que lleve Mi enseñanza a toda persona que se acerque a Ella.”                     

2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 

Jesús señala: 

"Esta sentencia se refiere a las palabras que YO expresé acerca de la Luz que sirve para que las personas no pierdan su camino:

“Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija. Ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.” (Lucas 8:16)

Y es que la Misión de las Iglesias o de los grupos de seres humanos que han sido creados por Dios es la de servir a su Padre Amoroso con la luz que Dios coloca en el corazón de cada uno. Si la luz de su candelero no brilla para que otros vean, Yo vendré pronto y lo removeré de su lugar."

2:6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 

Aclara el Maestro: 

"Cuando hablo de los nicolaítas me refiero en realidad a toda persona que pervierte Mis enseñanzas y las muestra a los demás en forma tergiversada."

2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. 

Explica Jesús: 
"Cuando digo: que el que tenga oídos que escuche mis palabras me refiero a las personas que teniendo la capacidad de oír, hacen caso omiso de mis mensajes. 
Muchas personas que dicen pertenecer a grupos o congregaciones de fieles, y que incluso en la actualidad asisten a este tipo de reuniones -ya sea en una casa, templo o iglesia- para escuchar el evangelio y que además reciben la Hostia en donde Yo me encuentro: no ejercen la práctica del amor a sus semejantes como Yo tanto les he recomendado, sino que continúan viviendo en la indiferencia hacia los males que suceden a su alrededor como si nada estuviera pasando.
Aquella persona que lograre vencer su egoísmo, su indiferencia, su orgullo, y sus intereses mundanos evitando ponerlos por encima del amor a su prójimo y a Dios podrá elevarse por encima de la ilusión que tiene esclavizada a la raza humana al trabajo, al consumismo, a los intereses de la sociedad, a las distracciones y placeres que lo alejan de una comunión íntima con su propia espiritualidad, etc. y recibirá vida eterna."  




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