APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo DOS: Versículos del 18 al 29


                                    



4) Carta a la Iglesia de Tiatira 

2:18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira:

El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:

2:19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.

2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.

2:21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.

2:22 He aquí, la voy a arrojar en el lecho de dolor (enfermedad), y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.

2:23 Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.

2:24 Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; (Que no serán objeto de castigo o reclamación)

2:25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga.

2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

2:28 y le daré la estrella de la mañana, que a mi vez he recibido de mi Padre.

2:29 “Quien tenga oídos que oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.”

Explicación:

2:20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.

Jezabel la reina inicua

Después de la muerte del rey Jeroboán, cada rey que gobierna el reino norteño de 10 tribus de Israel es malo. El peor es el rey Acab: una gran razón es su esposa, la inicua reina Jezabel.

Jezabel no es israelita. Es hija del rey de Sidón. Adora al dios falso Baal, y hace que Acab y muchos israelitas adoren a Baal también. Jezabel odia a Jehová y mata a muchos de sus profetas. Otros tienen que esconderse en cuevas para que no los maten. Si Jezabel quiere algo, hasta mata a alguien para conseguir lo que desea.

Un día el rey Acab está muy triste. Así que Jezabel le pregunta: ‘¿Por qué estás triste hoy?’‘ Por lo que Nabot me dijo,’ contesta Acab. ‘Yo quería comprarle su viña. Pero él me dijo que no podía tenerla.’

‘Espera,’ dice Jezabel. ‘Yo te la conseguiré.’

Así que Jezabel escribe cartas a hombres principales de la ciudad donde vive Nabot. ‘Hagan que unos hombres que no sirven para nada digan que Nabot ha maldecido a Dios y al rey,’ dice. ‘Y sáquenlo de la ciudad y mátenlo a pedradas.’

Tan pronto como Jezabel sabe que Nabot está muerto, le dice a Acab: ‘Ahora ve y toma su viña.’ 

Por eso, con el tiempo Jehová envía al hombre Jehú para castigarla. 

En la Biblia encontramos que Josafat fue ungido como rey por alguien que el profeta Eliseo mandó por orden de Yahvé. Así que su hijo Jehú se presentó en el palacio para eliminar a la casa de Acab y quedarse en el trono.

La reina madre o Jezabel, lo vió y adivinó sus intenciones, así que intentó seducirlo, pero, al ver que él no cedió lo insultó comparándolo con el usurpador Zimri y Jehú ya muy molesto invita a sus eunucos a echarla abajo por la ventana. Luego entró victorioso al palacio y se sentó a comer. Después ordenó que se enterrara el cadáver de Jezabel (pues por órdenes de Yahvé no se podía dejar un muerto sin enterrar después del anochecer). A esas horas sin embargo el cadáver había desaparecido pues entre los pájaros y los perros lo habían devorado: así como Eliseo lo había declarado según la palabra de Yahvé que está en la Segunda de Reyes Capítulo Nueve:

9:8 Y perecerá toda la casa de Acab, y talaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al siervo como al libre.

9:9 Y yo haré a la casa de Acab como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como a la casa de Basaa hijo de Ahías.

9:10 Y a Jezabel la devorarán los perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte.

Finalmente Jehú mató al resto de los hijos de Acab y a todos los parientes de Ocozías que encontró. (Leer el segundo libro de Reyes Cap. 9:1-37)

2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 

Aquí el Maestro se refiere a que toda persona que persevere en la observación y cumplimiento de la Voluntad de Dios será heredera del poder que Jesús le otorgará para gobernar a los pueblos de la futura “Nueva Jerusalén”. Pueblos que tendrán también que observar y cumplir al pie de la letra con la Voluntad del Padre.

 2:28 y le daré la estrella de la mañana, que a mi vez he recibido de mi Padre.

Comenta Ieshú:

"Yo Jesús he enviado a mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David: la estrella resplandeciente de la mañana." (22:16 de Apocal.) 

Y agrega el Maestro:

"La estrella de la mañana es Venus. 

En este planeta Yo tengo un lugar muy especial que me entregó mi Padre.

En él Yo puedo descansar,  pues  los ángeles que lo habitan son seres que viven en comunión con Dios y que trabajan conmigo para mantener la paz en el universo.

Esta estrella ha sido símbolo de armonía y felicidad,  por siempre.

También representa todo aquello que trasciende el tiempo y el movimiento cambiante del universo: ya que en ella se cultivan los valores más altos que Dios desea sembrar y ver fructificar en todo lugar de Su creación."


A veces el Maestro se refiere al Sol cuando dice: "La Estrella de la Mañana". En esta ocasión, Él hace referencia a Venus.





















































 

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