EL APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo UNO: Versículos del 1 al 3.

  




La revelación de Jesucristo y estas son Sus palabras:

1:1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

1:2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 

1:3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. 


Explicación:

1:1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.

Dice el Maestro Jesús: “Yo que soy tu hermano mayor: Tu Ieshú*, y te hablo en este día para que comiences a hacer el trabajo que Yo mismo te encomendé en plena conciencia de mi advertencia de que nadie debía agregar o quitar algo a este documento, ahora te doy la autoridad Sarasvati, para que en mi Nombre y con base en Mis palabras puedas dar la interpretación tan esperada y que nadie más ha debido hacer.”

*[Ieshú (ישו) es la grafía del nombre "Jesús" en hebreo moderno. Esta grafía se encuentra en los diccionarios del hebreo moderno, 1)​ en los escritos rabínicos, 2) y en los textos seculares 3) La grafía alternativa Yeshúa se encuentra solo en los textos cristianos, como por ejemplo las traducciones hebreas del Nuevo Testamento.] (Extracto de Wikipedia)

Y el Maestro continúa hablando: “En el pasado hice una revelación a Juan por medio de visiones. Revelación que tenía una relación directa con cosas que él podía reconocer en ese momento, pero más bien usándolas como símbolos que habrían de interpretarse.

Sin embargo por largo tiempo he visto que las personas no comprenden su contenido. Y es que no era el momento de hablar de otra forma sino como lo hube hecho.”

Estas últimas palabras se pueden relacionar con las citas de Mateo, capítulo 13 versículo 10 al 15:

13:10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
13:11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
13:12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13:13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
13:14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
13:15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y no oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.

En estos últimos versículos, el Maestro se refería por ejemplo a los sacerdotes del Templo que en Su tiempo apenas poseían la vista pero con ella –aun siendo testigos oculares de Sus milagros- no podían reconocer la grandeza de Sus obras. Ellos se ufanaban de poseer el oído y sin embargo al escuchar Sus enseñanzas no querían aceptar las grandes Verdades que Él proclamaba. Así que Él decía venir a quitar la vista a los que veían y a darla a los ciegos, porque aquellos que “veían” se jactaban de ver pero de nada les servía…y ellos que “oían” eran realmente sordos.

De esa forma cuando Jesús dice: “al que tiene se le dará más…” se refiere al mendigo ciego que aparentemente no tenía nada pero era rico en buena voluntad y en honestidad pues él sí era capaz de agradecer y reconocer el milagro que Jesús hizo al devolverle la vista mientras que los levitas o sacerdotes lo acusaban de actuar por brujería o por el poder del demonio.

Y cuando dice: pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” se refiere a los levitas por ejemplo, los cuales en su tiempo se sentían superiores a los demás habitantes del pueblo de Israel y se ufanaban de ser más ricos y poderosos que cualquiera por poseer posiciones privilegiadas en el Templo, pero en realidad al carecer de honestidad y buena voluntad no tenían nada. Por eso lo poco que tenían que era la posibilidad de “ver” y “oír” les sería quitada por Jesús para que al quedarse ciegos y sordos se vieran obligados a percibir la realidad que Él les quería mostrar a través del corazón y fueran sanados.

Porqué tantas personas en el mundo que tienen la posibilidad de ver y oír: ¿pueden pasar junto a un mendigo sin siquiera mirarlo o escuchan el llanto de una madre sin inmutarse?

Cuántas formas ha desarrollado el ser humano para explotar a sus herman@s y ejercer el poder sobre ell@s de maneras insospechadas y luego piensan que son ricos… ¿no saben que la sombra de la muerte se cierne sobre cualquiera dejando sin nada al que piensa que posee riquezas en la tierra?

1:2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 

Dice el Maestro: “Dios me revela Su Voluntad y a Mi vez Yo le revelo a Juan la Voluntad de Dios para que Sus hij@s, Mis herman@s, la conozcan.”

1:3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. 

Dice Jesús: “Bienaventurado aquél que lea, entienda y guarde estas palabras pues el tiempo ya está aquí, ahora.” 

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