APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo QUINCE: Versículos del 1 al 20

 


Capítulo 15

Los ángeles con las siete postreras plagas 

 

15:1 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.

15:2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la Bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 
15:3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. 

15:4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. 
15:5 Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio;

15:6 y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. 

15:7 Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 
15:8 Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.
 


Explicación:

15:1 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.

Estos ángeles son los que comandan los ejércitos celestes encargándose de aplicar la justa consecuencia para aquellos que mataron, robaron y violentaron las leyes universales sin arrepentirse ni buscar un cambio en su comportamiento.

Como ya se mencionó La Madre Divina nos ha advertido a través de sus pequeños videntes acerca de la oportunidad que Dios nos ofrecerá para arrepentirnos ante Dios y pedirle clemencia. A este gran evento esperado por los menos e ignorado por la mayoría Ella lo llama: “El Aviso” que es una especie de cita: El Hijo primogénito se entrevistará con cada uno de sus hermanos, con cada uno de los habitantes de la superficie de la tierra, para mostrarles cómo a lo largo de nuestra existencia hemos abusado de los regalos que con amor incondicional el Padre puso en nuestras manos y como última oportunidad nos mostrará Su amor y la necesidad de que cada uno podamos reconocer que el amor es el único camino a seguir para poder salvar nuestras almas.

Aun así muchos lo negarán y despreciarán como hasta el día de hoy lo han venido haciendo.

15:2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la Bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 

Recordemos que este mar de vidrio ya fue mencionado en Apocalipsis 4:6 como el símbolo del estado de parálisis en el que se encuentra en general la dinámica de los Reinos de la naturaleza en Gaia.
El fuego que se menciona en este pasaje simboliza la purificación de la que ha sido objeto la humanidad entera y sobre él, como señal de victoria, están aquellos que aun siendo perseguidos y atacados de tantas maneras lograron permanecer fieles a la Voluntad de Dios.

15:5 Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio;

La expresión “tienda de testigo” o “tabernáculo del testimonio” es mencionada por primera vez en el Libro de “Números” refiriéndose a la estructura portátil del templo que los sacerdotes levitas solían desmontar, transportar, volver a montar y acampar a su alrededor:

Números 1:47-53

Pero los levitas no estaban inscritos junto a ellos por su tribu ancestral. Porque el SEÑOR habló a Moisés, diciendo:

«Sólo a la tribu de Leví no la inscribirás, y no harás el censo de ellos en el pueblo de Israel. Pero designa a los levitas sobre el tabernáculo del testimonio y sobre todo su mobiliario, y sobre todo lo que le pertenece. Ellos llevarán el tabernáculo y todo su mobiliario, y lo cuidarán y acamparán alrededor del tabernáculo. Cuando el tabernáculo deba salir, los levitas lo desmontarán, y cuando el tabernáculo deba ser montado, los levitas lo armarán. Y si algún forastero se acerca, morirá.

El pueblo de Israel acampará por sus compañías, cada uno en su campamento y cada uno en su estandarte. Núm. Pero los levitas acamparán alrededor del el tabernáculo del testimonio para que no haya ira en la congregación del pueblo de Israel. Y los levitas vigilarán el tabernáculo del testimonio

 15:6 y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. 

Los vestidos de lino simbolizan la pureza de mente y de intención de los corazones de estos seres celestiales, el cinto de oro es símbolo de la excelencia con la que juzgan y aplican la ley del Padre sobre la humanidad.

15:8 Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. 

Esta visión nos da a entender que Dios mora en todo lugar y que su Templo se llena de Su justicia cuando es necesario…sólo estarán presentes en el lugar y el momento adecuado a quien le corresponda recibir Su ley.

Y como ya lo había comentado: Dios no nos juzga pero sí actúa en consecuencia con las leyes Universales.

La ley de Correspondencia nos recuerda que la mente atrae aquello en lo que piensa. La mayoría de las personas no siempre actuamos de acuerdo a la ley del amor, de la paz, de la integridad y el entendimiento humano así como del respeto a la naturaleza pues nuestra civilización está llena de mecanismos contaminantes, y sumado a todo eso nuestra atención está en un 90% del tiempo observando y juzgando las condiciones de vida, de trabajo o simplemente la apariencia de nuestros semejantes.

No sólo juzgamos a los demás sino que el mismo condicionamiento al que somos sujetos desde niñ@s nos ha formado en el hábito de culpar o culparnos por las cosas que pasan, sobre todo cuando éstas no resultan en la forma en que quisiéramos.

Los padres nos juzgan y castigan por nuestros errores, los maestros e incluso el gobierno que “elegimos” tiene leyes de acuerdo a las cuales pueden retirarnos el derecho a la libertad cuando nuestro comportamiento no ha sido aceptable a ojos de la sociedad.

Por lo cual nos hemos hecho acreedores del juicio divino en la medida en que nuestros hábitos de juzgar son algo tan común en el día a día.

Proverbios 22:8 El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, y la vara de su insolencia se quebrará.

Pero Dios, comprendiendo esta situación continuamente nos brinda la oportunidad de acercarnos a Él y a través de la oración ofrece el perdón. Él no sólo nos brinda la oportunidad continuamente sino que en el futuro cercano nos dará la última gran ocasión de acercarnos a Él durante el evento que ya habíamos mencionado anteriormente: “El Aviso”.

Ocasión en la cual él personalmente –el Maestro Jesús- se presentará ante todos y cada uno de los seres humanos que habitamos la tierra: religiosos, ateos, gentiles y devotos, madres de familia, hombres de edad avanzada, jóvenes estudiantes etc.: todos podremos y tendremos la oportunidad de reflexionar en nuestra vida tal y como el Maestro nos la exponga y aprovechar la oportunidad de ser humildes, perdonarnos y aceptar el amor de Nuestro Amado Maestro.

 


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