APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo DIECISÉIS: Versículos del 1 al 20
Capítulo 16
Las copas de ira
16:2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera
maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la Bestia, y
que adoraban su imagen.
16:3 El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en
sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.
16:4 El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las
aguas, y se convirtieron en sangre.
16:5 Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres
tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas
cosas.
16:6 Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también
tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
16:7 También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios
Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
16:8 El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado a quemar a
los hombres con fuego.
16:9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de
Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle
gloria.
16:10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la BESTIA; y su reino
se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas,
16:11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras,
y no se arrepintieron de sus obras.
16:12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de
éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.
16:13 Y vi salir de la boca del DRAGÓN, y de la boca de
La BESTIA NEGRA, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a
manera de ranas;
16:14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de
la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del
Dios Todopoderoso.
16:15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus
ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
16:16 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama
Armagedón.
16:17 El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y
salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está.
16:18 Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra,
un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado
sobre la tierra.
16:19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las
naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para
darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
16:20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
16:21 Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme
granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por
la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.
16:1 Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
Ellos son los siete Arcángeles: Miguel, Uriel, Gabriel, Sadquiel, Chamuel, Rafael, Jofiel.
16:2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera
maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la Bestia, y
que adoraban su imagen.
Este ángel aplica la Justicia de Dios a través del primer flagelo: una llaga dolorosa que hace gritar de desesperación a aquellos que han sido afectados por ella.
Algunos de los hijos de María: los que han
pecado dejándose llevar por sus bajas pasiones sufren la consecuencia de sus
acciones inconscientes.
Otros: los que han llevado una vida digna
podrían también sufrir la presencia de este flagelo como un acto de
solidaridad. Su sufrimiento servirá para reparar en parte las transgresiones de
sus hermanos.
El primer flagelo se presenta como las nuevas pandemias de virus desconocidos.
La Madre Celeste pide a los niños que
crezcan en la virtud de la pureza y que se dejen guiar por los adultos
responsables que sepan guardar como un tesoro su inocencia.
A los jóvenes Ella los invita a dominar
las pasiones y a evitar las relaciones íntimas en la etapa del noviazgo: que
renuncien de preferencia a asistir a las discotecas y a los cines, pues son
lugares en donde se propaga el mensaje de la inconciencia de muchas formas.
A los matrimonios la Virgen los exhorta a
no impedir la fertilidad de la mujer por medios artificiales sino que se busque
el cultivo de la castidad. (Muchos de estos llamados “métodos anticonceptivos”
son dañinos para la salud.)
A los sacerdotes, servidores de la
Iglesia, les pide el absoluto respeto a sus votos y la entrega total a una vida
en Cristo.
Y a los que sufren de las penas y los
insoportables dolores del primer flagelo los invita a encontrar alivio y
consuelo en Su Maternal Corazón Inmaculado a través de la continua oración y
observación de los 10 mandamientos.
Además nos abre la oportunidad de
acercarnos a través del rezo del Rosario a las almas del purgatorio pues si
ofrecemos nuestras plegarias a ellas no sólo estaremos acudiendo a una fuente de
valor y fortaleza para soportar el tiempo de la gran tribulación sino que les
daremos la oportunidad de liberarse a ellas más rápido de sus sufrimientos.
Su invitación se extiende a todos los
habitantes de la superficie de la tierra para buscar el camino de la luz y la
espiritualidad en Dios.
María Madre de Dios ha convocado a las
huestes angélicas a librar la guerra en contra de los enemigos de la Madre
tierra y de la humanidad que son: la Bestia Escarlata o Dragón, la Negra que
simula una Pantera con pies de Oso y la que se disfraza de Cordero.
Los ataques de los demonios en forma de
Bestias que continuamente incitan y manipulan a las personas a través de los
medios masivos de comunicación: la televisión, las redes sociales, el internet etc.
a cometer actos impuros y a participar en el culto satánico y las misas negras
tienen como objetivo alejar a todas las personas de la salud espiritual, física
y mental mediante el rechazo de la adoración a Dios y del reconocimiento de su
propia naturaleza divina.
Ya lo
dice el Salmo 82:6-8
Yo dije: Vosotros sois dioses,
Y todos vosotros hijos del Altísimo;
Pero como hombres moriréis,
Y como cualquiera de los príncipes caeréis.
Levántate, oh Dios, juzga la tierra;
Porque tú heredarás todas las naciones.
Y es así como cediendo a la insidiosa seducción de las Bestias el ser humano se cierra a sí mismo las puertas de la evolución espiritual y se condena a la esclavitud de las bajas pasiones y de la ignorancia.
El Plan
Divino del Padre es el de terminar con las huestes malignas para que la nueva
Jerusalén descienda al mundo: es en esta nueva tierra que sus habitantes
gozarán de una estancia en la que desaparecerá la muerte y el sufrimiento.
La marca de la Bestia es el chip
con el que las personas tendrán que pagar lo que consuman porque ya no habrá
dinero en efectivo y su imagen estará grabada en la publicidad o la mercancía
que la Bestia venda. La gente que la compre estará adorándola porque al
desearla y adquirirla estará de alguna forma alabándola y reverenciándola.
Comenta
el Amado Jesús:
"Pero lo peor es que las personas que permitan ser inoculadas con este chip perderán totalmente su libre albedrío, ya que la Bestia (El Nuevo Orden Mundial que gobernará al mundo) estará operando como a larga distancia -a través de este chip- sus movimientos controlándolos y dirigiéndolos en la dirección que desee."
16:3 El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.
El Maestro Ieshú nos revela:
"El calor que el sol estará haciendo llegar a la tierra será tal que las aguas del mar comenzarán a elevar en grado sumo su temperatura y por lo cual la vida en ella se extinguirá."
16:4 El tercer ángel derramó su copa
sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
Tanto el mar como los ríos han sido contaminados por muchos años: las pocas especies marinas que sobreviven están sufriendo por los constantes ataques depredadores de las compañías pesqueras y de las sustancias tóxicas que hemos vertido a las aguas y que continuamente envenenan su hábitat. Esta medida es una forma de evitar el constante sufrimiento de la inocente fauna marina. También es la consecuencia por nuestras acciones agresivas en contra de la inagotable bondad de la Madre tierra y nuestra ceguera al contaminarla.
Nos Comenta el Señor Jesucristo:
"El tercer ángel va a derramar su copa envenenando los ríos y parecerá que el agua llevará la sangre de todos los santos que a lo largo de la historia han sido sacrificados y mucha gente se preguntará por qué la Justicia del Padre Madre Celeste los hace pagar por cosas que no han hecho. Y Dios los hará recordar que en otras vidas ellos martirizaron y asesinaron a los profetas que anunciaban la palabra de Adonai."
16:5 Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.
16:6 Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también
tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
…y la retribución es justa de devolver la sangre derramada injustamente en bebida: para los que cometieron estos crímenes.
16:7 También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
16:8 El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado a quemar a los hombres con fuego.
El sol estará enviando un calor casi insoportable a la Tierra y por lo cual la gente que vive alejada de Dios comenzará a blasfemar contra Él y su justicia sin arrepentirse por eso ni por ninguna de las ofensas que en el pasado pudieran haber cometido.
16:9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
Lamentándose nos comenta el Amado Maestro:
"A aquellos que blasfemaron y atentaron contra la naturaleza les corresponde recibir a cambio el poder destructor del que da vida. Si tan sólo aquél que es castigado pudiera dejar de lado su orgullo y doblar la rodilla a Dios clamando el perdón: ¡cómo cambiaría su suerte!!...pero no habrá arrepentimiento en el momento justo en el que el Padre exhorta a sus hijos a reconocer su pequeñez frente a la grandeza del Dios creador de Vida…ya cuando tengan encima la calamidad de Su Divino azote entonces clamarán pero será ya… demasiado tarde."
16:10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la Bestia; y su reino
se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas,
Nos comenta Nuestro Señor Jesús:
"No haría falta que el reino de la Bestia se cubriera de tinieblas, pues aunque el sol sale para tod@s cada día ya la oscuridad ciega los ojos de quienes viven adorándola de tantas maneras…el ángel sólo viene a hacer realidad lo que cada una de las personas que moran en este reino han pedido: no ver la realidad, la que está a nuestro alrededor en la creación de Dios y que embellece la tierra… mejor hemos levantado muros para limitarla y asfalto para maquillar su rostro, en el que crecen las flores…"
16:11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.
Construimos edificios y viviendas en ellos cada vez más pequeñas y luego: al vivir en ellas maldecimos nuestro destino pues pensamos que merecemos algo mejor: ¿pero quién nos metió ahí desde el principio?
16:12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.
Ahogado por las políticas acuíferas de los
vecinos de Irak, Turquía y Siria, por una sequía de dos años y por años de mal
uso por parte de Irak y sus campesinos, el río es significativamente más
pequeño de lo que era hace tan poco unos pocos años…
Por las ansias de poder y dominación sobre
los demás pueblos y naciones terminamos destruyendo el sustento que no sólo
provee de vida a los demás sino a nuestra propia prole…los reyes de oriente
deben tener el camino abierto pues su realeza exige que el mismo río se
contraiga para permitir su paso.
Pero el Amado Iesh comenta:
"El agua del Éufrates se secó porque es
necesario que el camino quede libre para que los reyes de oriente vengan a
occidente y estalle la guerra."
16:13 Y vi salir de la boca del DRAGÓN, y de la boca de La BESTIA NEGRA, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas;
Comenta el Amado Jesucristo:
"El Dragón es el símbolo del Comunismo y el Ateísmo marxista que son los tentáculos de la Masonería, la Bestia es el poder absoluto que los reyes del mundo planean tener a través del Nuevo Orden Mundial y del Falso Profeta que es el Papa. Los tres blasfeman contra el Padre-Madre Creador(a) y sus principios de amor y paz que son para ellos sólo palabras cursis que usan para manipular al pueblo de Dios."
16:14 Pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Los movimientos del Dragón o Comunismo apoyados por la Masonería es la forma en que “Los Oscuros” manipulan el poder, para subyugar a las Naciones menos poderosas bajo el liderazgo del Anticristo a fuerza de guerras y destrucción -pero también a través de tácticas de imposición sutil como el ocultamiento de la comida y los medicamentos que después regalará a cambio de que lo adoren (al Anticristo)- e imponer el Nuevo Orden Mundial.
16:15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
Las ropas simbolizan el Aura luminosa de la persona que se ha dedicado a la oración desde tiempo atrás para recibir al Maestro.
16:16 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
La expresión griega Har Ma·ge·don, tomada del hebreo (Har Megiddo) y transliterada por muchos traductores como Armaguedon, significa 'Montaña de Megido', o 'Montaña de Asamblea de Tropas'. No se refiere en realidad a un lugar que podamos localizar en un mapa sino al estado de Gracia en el cual Aquellos que sean reunidos podrán tomar parte -como testigos o como defensores de la palabra de Dios apoyando a las huestes divinas- en la batalla entre los ángeles y los demonios o también conocidos como “Oscuros”
Y el Maestro comenta:
"Armagedón es el lugar a donde Dios congrega a la Bestia, al Dragón, al Falso Profeta y a los Reyes de la tierra que son los gobernantes de los países más poderosos y es un lugar en la actual tierra de Israel."
16:17 El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está.
Y el Maestro añade:
"El séptimo Ángel derramó su copa en el aire porque así como el viento sopla en cualquier dirección esparciendo las semillas de las plantas o árboles que germinarán en la tierra, dando lugar a otras plantas, así se extiende la justicia de Dios a lo largo y a lo ancho de cada país y de cada territorio, llevando también la semilla de lo nuevo: de la nueva tierra que habrá de surgir para los elegidos y que Dios llama La nueva Jerusalén."
16:18 Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra,
un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado
sobre la tierra.
Estamos esperando (2024- 2026) un gran terremoto que agitará las tierras de América y otros países del mundo.
16:19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
Nos
advierte el Maestro Jesús:
"Y la ciudad de Israel se va a fracturar bajo la fuerza de un
terremoto como nunca antes se vio pero también las demás ciudades sucumbirán
bajo la potencia del gran sismo que sacudirá al planeta."
Cuando se menciona a Babilonia se está refiriendo a la Iglesia Cristiana Católica Apóstata.
16:20 Y toda isla huyó, y los montes
no fueron hallados.
Y
va a parecer que las islas y los montes huyen y van a caer hielo en forma de
piedras: será una granizada insólita. Y la gente comenzará a maldecir a
Dios por su sufrimiento.
16:21 Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.
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