APOCALIPSIS de SAN JUAN, Capítulo CUATRO: Versículos del 1 al 4
CAPÍTULO CUATRO
La adoración Celestial
4:1 Después de esto miré, y he
aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta,
hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán
después de estas.
4:2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he
aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
4:3 Y el aspecto del que estaba
sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del
trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda
4:4 Y alrededor del trono había
veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos,
vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
4:1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
Esa Voz “como de trompeta” es la del Maestro Jesús.
Las personas asociamos por lo general el cielo con
el lugar adonde iremos después de la muerte para gozar de la recompensa que
Dios nos entregará por nuestras buenas acciones pero…el cielo no necesariamente
es un lugar sino un estado. Por lo general los videntes entran en un estado de
interiorización en el que son capaces de recibir mensajes del Maestro: eso es
como estar en el cielo, ya que no sólo se considera un privilegio poder recibir
estos mensajes sino que también el clariaudiente suele experimentar por lo
general, una paz y dicha profundas al hacerlo.
4:2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he
aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
4:3 Y el aspecto del que estaba sentado era
semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco
iris, semejante en aspecto a la esmeralda
El que está sentado en el
trono es el Padre o Dios mismo.
Alrededor del trono Juan ve el arcoíris como símbolo de la
alianza eterna de Dios con Su Creación.
Si consultamos en la Biblia, el libro de Génesis, Capítulo 6 leemos:
1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,
2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.
12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.
18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
19 Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.
22 Y lo hizo así Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.
Pero en el Libro de Enoch encontramos las siguientes citas:
Capítulo 6
6:1 Y así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres les nacieron hijas hermosas y bonitas;
6:2 y Los vigilantes hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: “vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos”.
Capítulo 7
7:1 Todos (los vigilantes, hijos del cielo) y sus jefes tomaron para así mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia, y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.
7:2 Quedaron embarazadas de ellos y parieron Gigantes de unos 3000 codos de altura que nacieron sobre la Tierra y conforme a su niñez crecieron;
7:3 y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.
7:4 Entonces los gigantes Se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos; (Sal 14:4; Mi 3:3)
Capítulo 8
4 Como parte de los hombres estaban siendo aniquilados su grito subió hasta el cielo. (Ex 3:7-9).
Capítulo 9
9:1 Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la Tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la Tierra y estaba toda llena de injusticia y de la violencia que se cometía sobre ella.
Capítulo 10
10:1 Entonces el Altísimo Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de Lamec.
10.2 Y le dijo: “Ve hacia Noé y dile en mi nombre, escóndete y revélale la consumación que viene pues la tierra entera va a perecer un diluvio está por venir sobre toda la Tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.”
Después, si volvemos al Génesis en la Biblia encontraremos las siguientes palabras:
Capítulo 9
9:1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
9:11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
9:12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
9:13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.
9:14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
9:15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
De esta forma nos podemos dar cuenta que la historia está un poco cambiada de acuerdo a las palabras de la Biblia y que la verdadera versión se encuentra en el libro de Enoch, el cual ha sido prohibido tanto por la iglesia católica y cristiana como por la religión de los judíos.
Yavhe Dios hace pues, la promesa a Noé y sus descendientes de respetar el libre albedrío de los hombres para vivir y experimentar en la tierra lo que les plazca sin la amenaza de ser destruidos, eligiendo como su señal: el Arco Iris.
Sin embargo no debemos olvidar que aunque Yahvé hizo este pacto, también en el pasado puso en manos de Moisés los mandamientos que el ser humano debía de seguir para que su existencia sobre el planeta tuviera una evolución exitosa.
La idea de que el hombre viva todas las experiencias posibles es para que finalmente pueda tomar conciencia de que viviendo de acuerdo a sus mandamientos su vida tendrá un mejor desenvolvimiento y él podrá llegar a ser feliz.
Desgraciadamente a lo largo de la historia este no ha sido el cauce que el ser humano ha decidido tomar por lo cual el resultado ha sido que Dios se ha visto obligado a hacer justicia por todos los agravios que a lo largo de todas las generaciones ha cometido el hombre y la mujer sobre la Tierra.
4:4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
Los extraterrestres nos dicen que nuestra galaxia,
la Vía Láctea, tiene un gobierno compuesto por 24 seres a los que ellos
llaman Los 24 Ancianos de la
Galaxia. Esos 24 seres no representan a veinticuatro civilizaciones sino
a la evolución misma. Todos los mundos más evolucionados en capacidad de
ayudarse a sí mismos y a ayudar a otros que están en vía de evolución se
encuentran regidos bajo la supervisión de estos 24 seres.
Los 24 Ancianos tienen participación en el Consejo
de los Nueve de Andrómeda, formando así una especie de Concilio de 33 miembros
que representan a la “Gran Hermandad Blanca de la Estrella”. El Consejo de los
Nueve, constituido por un representante de cada una de las nueve galaxias de
nuestro Universo Local, está formado por:
Alcim, Gonamar, Leteon, Olmax, Oracel, Ralbot,
Sagñac, Sullantes y Sumesla.
Por debajo de la Gran Hermandad Blanca de la
Estrella se encuentran:
Los Ingenieros Genéticos
o Sembradores de Vida
En La Biblia se les denomina, Elohim. Son razas
extraterrestres la mayoría de ellas concentradas en las estrellas pléyades que
tienen un avance tecnológico asombroso, y que les permite actuar como
“Arquitectos de Planetas” o como sembradores de patrones de vida, teniendo la
facultad de modificar físicamente la estructura de las criaturas. Poseen
también la facultad científica de manipular conscientemente el concepto de
“tiempo”. (Comentario del investigador del fenómeno OVNI en la pág. de
internet: Sixto Paz Wells “Mensajes de las Estrellas”)
Ellos simbolizan las cuatro formas evolutivas que
el ser humano estaba destinado a vivir:
1) La primera Forma de evolución del S. h. a nivel
material y su relación con la naturaleza.
2) La Segunda Forma de evolución a nivel físico
3) La Tercera Forma de evolución a nivel mental
4) La Cuarta Forma de evolución a nivel espiritual
En los siguientes diagramas se ilustra a grandes
rasgos la forma en que Dios se manifestó al pueblo de Israel y cómo a través del
Maestro Ieshú Deseó mostrar al género humano la Misión que se nos encomendó en
esta tierra.
Yahvé Dios se manifestó básicamente a lo largo de
todo el Antiguo Testamento a través de tres de Sus potencias principales:
Si leemos la Biblia podremos notar que a lo largo
del Antiguo Testamento Yahvé Dios intenta mostrar el Amor a Su pueblo
liberándolos de los problemas a los que se enfrentan en repetidas ocasiones a
manos del yugo que otras civilizaciones extranjeras insisten en imponerles. Por
otro lado notamos cómo Su relación con el pueblo de Israel es un poco enérgica
pues Él trata por todos los medios de mostrarles la importancia de observar
ciertas normas en su vida.
Desgraciadamente los judíos de esa época se
complacían al recibir los favores de Jehová pero cuando necesitaban recordar su
compromiso con lo Alto se olvidaban de su amistad con Dios y se disponían a
disfrutar de lo que tenían a la mano sin considerar que aquellos excesos a los
que gustosos se entregaban era precisamente lo que Yahvé trataba de mostrarles
como actitudes aberrantes que no les podrían aportar más que vergüenza,
enfermedad y pobreza.
Sin embargo ellos insistían en este comportamiento
no sin antes pasar por un período de arrepentimiento y lágrimas desesperadas
prometiendo corregir sus actitudes para volver a caer en las mismas faltas. A
lo que Dios respondía retirándoles Sus dádivas, castigándoles con severas
medidas y en innumerables ocasiones incluso, arrebatándoles la vida.
La Nueva Alianza que Jesús vino a pactar con el
mundo a través del pueblo de Israel, sin embargo, intenta reafirmar que Dios no
necesariamente habrá de someter a Sus hij@s a un castigo perpetuo sino a
brindarles Su Amor Misericordioso incluso ofreciendo la mismísima sangre del
Cordero: Su Hijo Primogénito Quien entregó Su Vida por cada uno de Sus hermanos
para pagar la deuda kármica que la humanidad a esas alturas había contraído y
que ya habría rebasado un límite sin precedentes.
Cuando Jesús vino mostró al mundo
el Amor de Dios a través de Su Gracia:
EL AMOR ES LA FUERZA MOTORA DE
DIOS y se manifiesta en GRACIA cuando lo brinda a la humanidad a través del
Maestro:
El Maestro Jesús nos entregó Su Gracia aplicando
sanación a los físicamente impedidos y a los enfermos de mente y corazón pues
el egoísmo, la envidia y el afán de poder hicieron y han hecho presa del ser
humano a través de todos los tiempos infectando nuestro Aspecto Emocional,
Mental, Social y Físico, evitando que pudiéramos acceder al Reino de los
Cielos, pues al padecer de un dolor continuo causado por nuestras enfermedades
no hemos sido capaces de alcanzar la disposición necesaria para cultivar
nuestro Aspecto Espiritual: hemos vivido en una constante vorágine de
calamidades contra las cuales sólo las distracciones de la vida mundana han
podido servir como un paliativo que lejos de resolver los viejos conflictos los
han hecho “más sofisticados”.
Nuestras costumbres sólo han cambiado de vestimenta
y modales a través de la historia. Al
final del día permanecemos en obediencia a nuestras constantes inclinaciones de
rechazar o aplaudir; complacer o atacar y arrebatar al prójimo: al apegarnos al
país, a la raza, a la religión y a la forma de vida que defendemos contra
cualquier amenaza de cambio no nos hemos percatado de que cerramos las puertas
incluso a los principios que proclamamos enarbolar: tolerancia, solidaridad,
empatía, etc. Principios que de practicarse en una forma más abierta podrían
hacer una gran diferencia en nuestra agitada dinámica en la que apenas tenemos
espacio para pensar ¿quién soy?... ¿cuál es mi misión en esta vida?... ¿adónde
me lleva está vorágine de constante actividad?
La Gracia del Maestro nos brinda Su Amor
purificador que retira los virus físicos, emocionales o mentales que han afectado
a la humanidad por largo tiempo. Ya lo dijo el Maestro:
Mateo 15: 11 No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre;
mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Pues el origen real de nuestros males se encuentra
en lo que expresamos en forma de pensamientos palabras y acciones…no en lo que pudiéramos
llegar a comer o beber: si el ser humano se arropara con la armadura del amor
incondicional ningún virus, por agresivo que fuera, podría hacerlo enfermar.
A partir de finales del siglo XX comienza el tiempo
de la JUSTICIA en el que se separan a los justos de los injustos, y los justos
recibirán lo que han sabido cultivar: Amor, Compasión, Fuerza, Disciplina,
Arrepentimiento y Perdón. Los injustos encontrarán lo que han dado.
El ser humano fue creado a imagen y semejanza de
Dios para que al aplicar Su poder en la Tierra la observara, comprendiera y
controlara, protegiéndola. El hombre heredó la mente de Dios para observarla,
estudiarla y controlarla, cultivándola y le fue dada una pareja para que la,
escuchara, comprendiera y controlara pero en vez de eso la ignoró,
haciéndose indiferente a las necesidades de la
tierra, de su mente y de su compañera, se hizo sordo ciego y mudo y sometió en
lugar de controlar y en lugar de cultivar para transformar y sacar el máximo
provecho de la tierra y de su mente, explotó sus recursos, saqueó sus tesoros,
violó a la mujer y transgredió en todas las formas posibles su legado y el de
su prójimo.
En lugar de abrirse y tratar de expandir su mente
para tratar de comprender las infinitas manifestaciones e infinitas leyes de
Dios, Lo ha querido limitar a una religión.
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